
La red de apoyo y las relaciones en quienes vivimos con TLP
- TLPianxs haciendo cosas
- 21 may
- 2 Min. de lectura
Por Marjorie Hurtarte
Vivir con Trastorno Límite de la Personalidad no significa simplemente tener emociones intensas; implica sostener una lucha diaria con los vínculos, la percepción de uno mismo y de los otros. En este contexto, las relaciones —familiares, de pareja, amistades o redes terapéuticas— se convierten no solo en fuentes de amor y contención, sino también en terrenos frágiles donde se activan heridas, miedos y patrones difíciles de romper.
A menudo, quienes vivimos con TLP sentimos una urgencia afectiva que puede resultar confusa para quienes nos rodean. Podemos pasar de idealizar a alguien a sentirnos profundamente decepcionadas en cuestión de horas. Eso no es una estrategia de manipulación, sino una respuesta emocional intensa que a veces ni siquiera entendemos del todo. Por eso, hablar de red de apoyo no se trata solo de tener "personas disponibles", sino de relaciones que se construyen con consciencia, límites claros, presencia afectiva y, sobre todo, mucha paciencia.
Las redes de apoyo más sostenibles no son las que toleran todo sin decir nada, sino las que se atreven a nombrar sin humillar, a cuidar sin cargar, a acompañar sin desaparecer. En nuestras relaciones, muchas veces hemos aprendido a ocultar partes de nosotras para "no ser demasiado" o para no incomodar. Pero poco a poco, con personas emocionalmente disponibles y con acompañamiento profesional, es posible aprender que no necesitamos suplicar por amor, ni justificar constantemente nuestras emociones.
Además, hay un aprendizaje importante y doloroso: no todas las personas estarán dispuestas a quedarse. No todas querrán o podrán caminar con nosotras desde este lugar. Y eso también está bien. A veces, crear red de apoyo implica también dejar de insistir donde solo hay juicio o invalidación. No por rencor, sino por cuidado propio.
Lo que sí es necesario es comenzar a distinguir entre el abandono y el límite sano, entre la crítica destructiva y la retroalimentación amorosa. Aprender a construir relaciones recíprocas donde no tengamos que escondernos, pero tampoco exigir que el otro nos repare. Aprender a sostenernos sin fusionarnos.
La red de apoyo no lo es todo, pero puede ser el espacio que nos recuerda que tenemos derecho a relaciones cuidadas, mutuas, imperfectas pero reales.
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